Una gran dificultad presente en la época Covid es que los gobiernos tienen que gestionar de forma simultánea el cuidado de la salud de las personas con medidas preventivas y curativas, pero a la vez tienen que disponer de una estrategia para recuperar la economía porque las personas necesitan y demandan alimentos, vestidos, servicios, empleos, estudios y esparcimientos.
El arte de la conducción de un proceso tan complejo es saber cuándo pisar el acelerador para golpear el virus y evitar que se propague restringuiendo aspectos de la economía, y cuándo flexibilizar medidas que habían impuesto restricciones para permitir una mayor dinámica productiva y comercial.
¿Trampas al virus?
Es evidente que en el país las autoridades políticas no han tenido la virtud de respetar como se debe al coronavirus que provoca el Covid-19 y se han tratado de pasar de listos con él y como es natural no lo han podido engañar y el virus les está presentando sus credenciales sobre una estela de cadáveres y cuerpos agonizantes.
Tratando de quemar etapas para la recuperación de la economía, las autoridades –presionadas por grupos económicos de los que no son ajenos– han tratado de presentar un falso cuadro de la penetración del Covid en el país y su impacto en el sistema sanitario y la condición de salud de los dominicanos.
Enarbolando discursos de que “el Covid está controlado” y “el Covid será derrotado este año” como escuchamos decir al gobierno el 27 de febrero, han ido elaborando una gran telaraña de “protección” contra el virus que en cada ola demuestra que navega libre por donde quiere y el sistema sanitario no tiene respuesta para contenerlo.
Nadie niega que el gobierno hace un gran esfuerzo para atender a las personas contagiadas y ha impulsado el plan de vacunación con éxito, pero permitiendo el chercheo y dando rienda suelta a los tumultos en todo tipo de negocios que van propagando el virus en ondas concéntricas a un punto en que en el boletín epidemiológico número 434 de ayer hay información dramática: El Distrito Nacional y todas las provincias reportaron nuevos casos de Covid-19. ¡Ninguna se quedó en blanco ayer!
Peor aun: De 1,765 casos nuevos registrados, 1,188 fueron en la capital, lo que equivale a decir que de cada diez nuevos enfermos, siete viven en Santo Domingo.
Si a alguien le parece que a ese ritmo “el Covid está controlado” y “será derrotado en junio”, que venga Dios y lo vea porque lo que está en juego no es el éxito de un negocio particular, sino la vida de las personas.
Gestión de la economía
Empeñadas en “madurar con carburo” la recuperación de la economía, las autoridades tratan de hacer lo imposible para resucitar el turismo porque por años fue el sector más pujante y el de mayor peso en el producto y significativo en el empleo.
El país y el mundo no están ante una recesión cíclica del capitalismo que se pueda enfrentar con una vieja receta de expansión de dinero y estímulo del consumo. ¡No es así!
La crisis actual es el resultado de una parálisis de la circulación de personas y mercancías porque el virus no permite que la gente concurra en forma masiva a ningún lugar y eso a su vez provoca despidos del empleo, mayor precaución para gastar y freno a las actividades recreativas no esenciales.
Medicinas y alimentos
Mientras la mayor demanda que tiene el país y el mundo hoy es que haya atención médica, fármacos, insumos y equipos para la atención sanitaria, así como todo tipo de alimentos frescos, aquí quieren recuperar la economía ofertando cabañas turísticas.
El informe de la IATA, dado a conocer ayer, no puede ser más concluyente de lo lejos que está el mundo de recuperar el turismo, que lamentablemente llegó el mismo día que la OMS dijo que el Covid está estacionado con altas cifras en las Américas, provocando la mitad de las muertes y la mayoría de los contagios en el mundo.
Oportunidad del agro
El presidente Luis Abinader ha creado condiciones teóricas para relanzar la agropecuaria, pero en la práctica está perdiendo tiempo para aprovechar a fondo la gran oportunidad de este sector.
Además de que dispone de funcionarios competentes como detallé la semana pasada y me quedé corto, también ha estado dando pasos “normativos e institucionales” para aprovechar mejor el campo, modernizar sus técnicas, ampliar la producción y aumentar la productividad.
Tierras del CEA y el IAD
Con la emisión del Decreto 307-21 que crea una comisión que evaluará los registros de todos los terrenos del Estado, incluyendo los originarios del Consejo Estatal del Azúcar (CEA) y los captados por el Instituto Agrario Dominicano (IAD), se logrará una clarificación legal de una gran proporción de tierras agro ganaderas, las que a su vez se pueden lanzar a la producción masiva con apoyo estatal, emprendimientos privados y financiamientos a tasas rentables.
La participación de César Cedeño en esa comisión en su condición de administrador de Bienes Nacionales en proceso de fusión con el CEA, imprime un sello de garantía de que ahí habrá resultados y no viviremos la inercia apacible que hizo el hoy senador Bautista Rojas cuando fue puesto al frente de esa comisión el 27 de septiembre de 2016 por el Decreto 268-16 y no hizo nada. ¡Ofrézcome, ministro sin cartera!
Se puede confiar en Cedeño porque desde que llegó al CEA enseñó que actuará con responsabilidad al admitir que antes un terrero de ese emporio estatal se vendía hasta a tres compradores diferentes en un engaño vulgar al Estado y a particulares.
Terminar con ese tipo de trato mafioso es su compromiso y es evidente que lo hará, pues si no fuera su propósito erradicarlo, se hubiese quedado callado haciendo más de lo mismo.
Tecnificar el riego
Aun más: El pasado 30 de marzo Abinader emitió el Decreto 204-21 que creó Comisión de Fomento a la Tecnificación del Sistema Nacional de Riego y puso al frente como director ejecutivo al joven Claudio Caamaño Vélez, con estudios profundos del tema en Costa Rica y experiencia en Nigeria.
Esta comisión, si realmente se echa a trabajar y recibe apoyo del gobierno, puede provocar un gran cambio en el uso y aprovechamiento técnico del agua de regadío del país, que hoy se desperdicia en grado sumo y las fuentes donde emanan se van agotando y los cauces por donde discurren se llenan de basura.
Poner en orden la propiedad de la tierra estatal y tecnificar y aprovechar en forma sostenida la irrigación, merece, más que formulaciones teóricas, pasos prácticos para producir alimentos en momentos en que más los demandan el país y los mercados internacionales.
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