Por: Bolívar Beltré
El Padre Luis Quinn fue un hombre excepcional, de mirada profunda y serena, de hablar pausado y de elevados conceptos, de firme vocación religiosa a servicio de los pobres, en definitiva: fue un excelente ser humano.
Llegó a Padre Las Casas procedente de Cánada de la orden de los Scarboros Missioners como párroco de la Iglesia Nuestra Señora del Carmen a finales de los años 50 o a principio de los años 60. De inmediato, su primera acción pastoral fue organizar al pueblo, visitó todas las comunidades rurales en diferentes ocasiones y en cada una de ellas conformó un Comité de Acción Comunitaria; al poco tiempo, los resultados eran evidentes.
La pobreza de todo el Municipio era tangible, la carencia de alimentos, medicinas y ropa se dejaba ver en los extractos más pobres de las comunidades. De inmediato se puso en contacto con CARE INTERNATIONAL y a los pocos días llegaban al pueblo grandes camiones transportando alimentos, tales como: Arroz, habichuelas, harina de maíz, trigo, aceite, leche, queso y otros. Por medio de CARE también obtuvo medicinas que los médicos locales recetaban a personas de escasos recursos económicos, y se alquiló un local para instalar la “Farmacia del Pueblo”, así como también un gran local para usarlo como almacén de alimentos. Estos programas existieron por más de dos años.
Quien suscribe tuvo la responsabilidad de dirigir a ambos y colaborar estechamente con el Padre Luis. Para la guerra de abril del 65 dichos programas fueron incrementados y las comunidades rurales continuaron recibiendo periódicamente sus raciones de alimentos.
Cuando ocurrió la muerte del Padre Arturo en Monte Plata, el Padre Luis y el Padre Juan Roberto Smith se trasladaron hasta esa comunidad (el cura asesinado pertenecía a su misma organización religiosa) y a su regreso llegaron con las sotanas manchadas de la sangre del mártir de Monte Plata.
A las autoridades del pueblo de Padre Las Casas, no les agradaba la predica del Padre Luis, especialmente durante los acontecimientos de la guerra de abril, pues denunciaba con claridad meridiana los atropellos de que era objeto la población en todo el país, por lo cual desataron contra él una gran persecución hasta el punto de llenarle la iglesia de militares los domingos durante la misa con el propósito de intimidarlo y así acallar su lengua.
El efecto de este propósito resultó todo lo contrario, el cura Luis Quinn no se calló. Los hombres de la población y los campos apoyaron al Padre Luis y todas las noches se turnaban 20 ó 30 hombres para amanecer armados de machetes en el patio de la casa curial.
El Padre Luis fue un hombre integro y leal amigo, como lo demuestra la siguiente anécdota:
Un día, una señora de Los Indios le hizo una denuncia de que Edermiro Segura (hombre de la confianza y colaborador del Padre Luis) no entregaba a los pobres la ayuda de alimentos que recibía para tales fines, el padre le pidió a la dama que le mirara a los ojos y luego, con voz pausada le dijo: «Si usted hablar a mi mal de Delmirio… Yo dar un boche a usted», la señora bajó la cabeza y avergonzada se alejó.
La persecución por parte de las autoridades se hizo tan odiosa, que los superiores del Padre Luis, temiendo por su vida y que le pasara lo mismo que al Padre Arturo lo sacaron de Padre Las Casas y lo trasladaron al Municipio de San José de Ocoa, pueblo éste que lo recibió con los brazos abiertos y le ofreció su apoyo en todo momento y lugar por 37 años.
El Padre Luis donó poco antes de morir parte de su bibiloteca personal a la biblioteca del Liceo Jose Francisco Bobadilla, la cual ostenta orgullosa su nombre. Nunca olvidó al pueblo de Padre Las Casas ni a los amigos que dejó aquí. Era igualmente correspondido, por eso, durante muchos, años iban guaguas repletas de personas a San Jose de ocoa a visitar al sacerdote y a demostrarle su cariño y agradecimiento.
El Padre Luis laboró en éste su nuevo hogar hasta el día de su muerte, sus restos reposan en la Iglesia de San José de Ocoa, pueblo que le amó en vida y ama su recuerdo imperecedero.
Fue, hasta el último de sus días, un hombre del pueblo, de la gente, amigo de los amigos. Sencillo y humilde hasta más no poder. Luchador por las causas reivindicativas. Solidario hasta el extremo del sacrificio personal.
“El nos deja grandes legados como es el valor, el trabajo, la humildad y la solidaridad .”
Por todo lo expuesto anteriormente, la Biblioteca del Liceo Jose Francisco Bobadilla lleva el nombre de Biblioteca Reverendo Luis Quinn. A instancias del Licenciado Juan Maria Vicente un aula del mencionado liceo lleba el nombre de: Aula Reverendo Luis Quinn . Tambien existe una calle del pueblo con el nombre de Luis King que es en honor al Padre Luis Quinn, solo que los que escribieron el nombre lo escribieron tal como se pronuncia. Esta mal escrito, por lo que hacemos un llamado a las autoridades municipales para que corrijan el error.
“Asi como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, asi una vida bien usada causa una dulce muerte” ( Leonardo Da Vinci )
DESCANSE EN PAZ, PADRE LUÍS
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