La posesión de un carro eléctrico Tesla Motors hace suponer que el presidente Luis Abinader es una persona con algún nivel de conocimiento acerca de las nuevas tecnologías que dominarán el mundo. Bueno, al menos parece sabe algo de energías renovables y el impacto positivo de la automovilidad eléctrica. Tal conocimiento puede o no ser relevante para Quisqueya La Bella.
Sea el actual gobierno o los que vendrán, ¿qué tal si surge un liderazgo que mueva los hilos para que República Dominicana se monte en el tren que conduce al mediano y alto desarrollo?. Algo así como una Singapur en el Caribe. Por décadas el país ha sido un imán tanto para turistas como inversionistas entranjeros. Esos últimos ven algo que nosotros no.
Hace mucho tiempo creo y comparto una idea: el turismo, las remesas y la economía de servicios puede que nos ayude a sostenernos por los siglos de los siglos. Ahora bien, solo la industrialización y tecnologías emergentes nos sacarán del atraso y el falso orgullo «platano power».
Tenemos oro pero, al igual que la Africa preñada de diamantes, no existe una correspondencia entre lo poseído y «lo disfrutado». Tarde o temprano, cueste lo que cueste, alguien tendrá que revisar ese gato entre macuto.
Tenemos petróleo, no sabemos si en calidad y cantidad explotable. Hay un problema, el llamado «oro negro» seguirá en pie durante un tiempo mas pero hace rato dejó de ser la esperanza. Los precios están abatidos y el futuro descansa en las fuentes energéticas alternativas, limpias o renovables. El motor de combustión interna tiene los días contados. El cambio climático grita a los cuatro vientos.
El país debe plantearse la posibilidad de adquirir Bitcoin para sus arcas y ver de que manera podemos dar uso a la Blockchain. La minería de la criptomoneda no es viable debido al alto coste de la energía eléctrica pero la tenencia puede ser una especie de Arca de Noe. Independientemente de la volatilidad, los Estados poseedores reirán con la muela de atrás, no quepa la menor duda. Bitcoin es el oro digital o 2.0, un activo de refugio deflacionario con una caracteriza especial que rivaliza con el metal precioso: es código de programación que siempre se mantiene en la cadena de bloques, no entrañando los peligros y costos que implica tener y/o movilizar oro.
Aparte de los automóviles eléctricos, Tesla fabrica baterias y paneles solares. Elon Musk es dueño de otras compañías que revolucionarán la Internet, los viajes espaciales, la medicina y la inteligencia artificial. República Dominicana puede intentar un acercamiento, algo que vaya mas allá del twit del presidente Abinader a Musk. China también tiene a NIO, aparte de ganar terreno en muchos frentes tecnológicos. El Instituto Tecnológico de Las Américas (ITLA) puede convertirse en nuestro MIT y, de allí, sacar el Silicon Valley.
Las Finanzas Descentralizadas (DeFi), 5G, computación cuántica, criptomonedas, blockchain, energías renovables, automovilidad eléctrica y autónoma, Internet de las cosas, robótica e inteligencia artificial. Ese es el futuro y los que no adopten estarán en las sombras, en los subterráneos, tal y como hemos visto en algunas películas. República Dominicana tiene que moverse ahora, tal y como lo están haciendo otras naciones latinoamericanas.
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