Todos los inicios son difíciles, hace poco escuché la historia de un amigo el cual me contaba acerca de sus inicios como docente. Me impactó escuchar como él asumió el reto de impartir clases en una comunidad lejana donde tenía que desempeñar la función de maestro, conserje y también de director.
Relata que en esa comunidad enfrentó todo tipo de situaciones incomodas incluyendo tener que quedarse toda la semana por la dificultad de viajar a diario debido a la gran distancia en la que se encuentra respecto a la provincia. Allí a pesar de todo eso dejó un gran legado pues con el tiempo se fue acostumbrando motivado por su gran vocación de enseñar.
Hoy en día, sin dejar de reconocer que el hecho de enfrentar situaciones nuevas siempre provoca algo de temor, es preciso decir que además de valentía, se necesita compromiso y entrega para no tirar la toalla sino tomarla, secarse el sudor y continuar el camino. Creo que esta acción marcó la diferencia en el caso de mi amigo; él estuvo dispuesto a hacer un poco más y es lo que se necesita hoy en día para poder llevar a cabo los procesos educativos a pesar de la situación que se ha presentado de la cual ningunos somos culpables.
En la actualidad la población mundial enfrenta una situación sin precedentes, la pandemia Covid-19, un mal que nos ha afectado a todos de manera directa o indirecta. En el caso de la educación, esta ha sido fuertemente embestida no solo en nuestro país, República Dominicana sino en muchos países del mundo, donde para conservar la salud, se ha tenido que recurrir a las clases virtuales y a distancia a fin de que la enseñanza no se detenga.
En nuestro caso muchos han sido los esfuerzos de las distintas autoridades ligadas a la educación para hacer realidad la reanudación de la docencia pese a las dificultades, sin embargo, a dos semanas de iniciadas las clases (Lo que a mi juicio es un gran logro), los actores del proceso educativo aún no terminan de acoplarse con relación a su accionar en esta nueva modalidad, pues se instruyó a que todo el personal debería estar en sus aulas de clases para desde allí orientar a las familias con relación al inicio del año escolar y las actividades propias de estos inicios, pero no cuentan con televisión ni internet para llevar a cabo el proceso y entrar en contacto con las familias que a pesar de que muchas no tienen conectividad, las que si tienen reclaman por los docentes para exponerles sus dudas e inquietudes. A pesar de estas dificultades, los maestros se las arreglan para orientar a sus alumnos antes de llegar a la escuela y corregir lo que hacen cuando vuelven a sus hogares, así como también ver la programación correspondiente al grado que imparte que se trasmite a través de la televisión.
Frente a esta problemática, la incertidumbre y la desesperación se han apoderado de muchos docentes, familias y directivos los cuales se han estado capacitando para trabajar usando algunas plataformas propuestas en dichas capacitaciones, no obstante, de cara a la realidad, la gran mayoría de los niños no dispone de una computadora o tableta para recibir la docencia y otros padres no cuentan ni siquiera con celulares inteligentes y mucho menos internet para que sus hijos puedan usar dichas plataformas.
Con relación a los cuadernillos, si bien es cierto que estos son una excelente herramienta para que los educandos puedan desarrollar sus competencias, se necesitará de una interacción entre el docente y ellos para un mejor y mayor aprovechamiento de estos.
A pesar de lo antes expuesto hay que tener claro que esta es una realidad nueva para todos y que, como tal, en el camino se irán dando respuestas a las inquietudes de la sociedad con relación a esta temática que tanto nos preocupa, puesto que no se trata de cualquier cosa, sino de la educación de un país de la cual depende el desarrollo de los pueblos.
Mientras tanto, aunar esfuerzos para que juntos podamos lograr que los niños puedan seguir aprendiendo a pesar de las dificultades.
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