Nueva York, Estados Unidos.- Aunque parezca contradictorio, el Presidente del llamado país más poderoso del mundo y paradigma de la democracia, no es elegido por el voto popular.
A pesar de que millones de personas acuden a las urnas a votar por los aspirantes presentados por los partidos Republicano y Demócrata, apenas 270 votos electorales eligen a quien será por cuatro años el huésped de la Casa Blanca.
Más de una elección presidencial ha ido en contra de la voluntad ciudadana, ya que serán los votos electorales aportados por los diferentes Estados de la unión, los que al final darán la victoria a uno de los aspirantes.
Los dos ejemplos más recientes se registraron en 2016 con Hillary Clinton y Donald Trump. Lla ex primera dama obtuvo dos millones 800 mil votos más que su contendor, pero Trump ganó la mayoría de Estados con más votos electorales.
El otro caso reciente se registró en el año 2000, cuando el republicano George Bush fue proclamado Presidente de los Estados Unidos, a pesar de que el demócrata Al Gore lo superó en el sufragio popular con más de medio millón.
Es decir, que a pesar de que esta forma de elección se considera no solo antidemocrática, sino obsoleta, la última palabra la tienen los 538 miembros del Colegio Electoral, llamados delegados o Electores, quienes se reunirán el primer lunes después del segundo miércoles de diciembre, tras cada proceso de elecciones para votar por quién se instalará o por quién permanecerá en la oficina oval.
Aunque la noche del 3 de noviembre por la cantidad de estados ganados por un partido se conocen los resultados y se puede hablar de un ganador, no será hasta el 15 de diciembre, fecha en que se reunirán los electores del Colegio Electoral, para emitir su voto, cuando se conozcan los resultados oficiales del proceso.
Es decir, que en una ciudad como Nueva York, que aporta 29 de los 270 votos que necesita uno de los candidatos para ser proclamado Presidente de los Estados Unidos, no importa la cantidad de votos populares que obtenga, solo se sumarán los 29 sufragios electorales que aporta ese estado. Lo mismo ocurre en Dakota del Norte que aporta 3.
Crucial
La importancia de ganar los Estados con mayor número de delegados es crucial para cada uno de los candidatos.
En realidad, se trata de una elección indirecta, ya que las personas cuando acuden a las urnas no están votando por el candidato presidencial, sino que lo están haciendo por los electores que los partidos políticos han designado en cada Estado.
Lo más desconcertante es que muchas veces, los votantes no saben ni los nombres de esos electores.
En caso de que ningún candidato logre la mayoría absoluta para ganar, es decir, los 270 votos electorales, quedará en manos de la Cámara de Representantes votar para elegir al presidente y vicepresidente.
Sistema bicameral
El congreso de los Estados Unidos está conformado por el Senado y la Cámara de Representantes, es pues un sistema bicameral.
La Cámara de Representantes cuya cantidad de miembros irá en proporción a la cantidad de habitantes de cada demarcación está integrada por 435 miembros, mientras que el Senado cuenta con 100 senadores, dos por cada Estado.
Los miembros de la Cámara de Representantes serán electos por un período de dos años, mientras los senadores ocuparán su curul por seis años.
El número mágico
Los 538 electores tienen en sus manos la decisión final. Pues para convertirse en el presidente de los Estados Unidos, en este caso, Biden o Trump necesitan la mayoría absoluta de 270.
El colegio Electoral
La elección de los electores se lleva a cabo, primero por los partidos políticos durante el proceso de primarias en los diferentes Estados y más tarde durante las elecciones generales, cuando los votantes al emitir el sufragio están eligiendo a quienes a su vez elegirán al presidente y al vicepresidente.
La figura del Colegio Electoral surgió en 1787, cuando los redactores de la Constitución entendieron que la elección popular de un presidente se hacía difícil debido al tamaño de esa nación y sobre todo por los problemas políticos de la época. Algunos afirman que fue una manera de los Estados grandes poder decidir sobre los más pequeños.
Los más grandes
Seis Estados aportan la mayor cantidad de votos electorales, el mayor de estos es California, que aporta 55, seguido de Texas, que suma 38, Nueva York y Florida, 29 cada uno, Illinois y Pensilvania, que aportan 20 votos electorales al candidato del partido que resulte ganador el 3 de noviembre.
Mientras que estados poco poblados como Wyoming, Alaska, Dakota del Norte y Washington DC, solo le aportarán 3 votos electorales.
Cabe resaltar que por disposición de la vigésima tercera enmienda, para fines electorales se concede al Distrito de Columbia tres delegados.
El candidato del partido que resulte ganador en cada Estado deberá recibir todos los votos electorales de esa demarcación.
De esta regla solo están exentos Nebraska y Maine, pues allí los votos se dividirán en proporción de los sufragios obtenidos por cada partido.
Electores infieles
Se llama electores infieles a aquellos delegados que a la hora de emitir su voto en el colegio electoral lo hacen por un candidato diferente al del partido ganador en sus respectivos estados.
El caso más reciente de electores infieles ocurrió en las elecciones de 2016, cuando tres delegados de Washington, DCm y uno Denver se negaron a votar por Hillary Clinton, a pesar de que el Partido Demócrata resultó favorecido con el voto popular.
La estrategia era estimular a que delegados de otros Estadosm donde había ganado el Partido Republicano, se negaran a votar por Donald Trump y, de esta manera ,forzar a que Trump fuera reemplazado por otra persona. La corte federal de Denver dictaminó que los electores podían votar a su antojo y no por el candidato del partido ganador, pero los delegados de Washington fueron sancionados y debieron pagar una multa de mil dólares.
Fuente: EFE
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