Por: Ascanio Casado Alcántara
Juan Bosch sintetizó en una frase, la cual debe figurar como un destello inmortal en todo el torrente partidario del Partido de la Liberación Dominicana, y la cual, para quien suscribe, se ajusta al comportamiento político y personal del compañero Manny Gómez, en su entrega en alma y corazón a la causa del Partido y del Pueblo:
En Política, ¨la lealtad es una virtud primordial; es como la raíz en un árbol, que si no la tiene, no se sostiene¨.
En política, la lealtad es escasa, es como muela de gallina, por eso, cuando encontramos a hombres leales, nos encontramos con la más pura esencia de lo que debe ser una militancia política al servicio del bien común, y no del bien personal, y esa fue la vida del compañero Gómez, símbolo de una militancia sin dobleces, el cual, hoy, 4 de mayo, deja este valle de lágrimas dejando un legado imperecedero.
Manny inició su militancia cuando lo que hoy es el PLD era una ilusión, era aún una tierra no sembrada, cuando aún no se había destoconado el terreno, y no se habían abiertos los surcos para regar las semillas de las cuales debía de brotar la mejor obra del Maestro sembrador, Juan Bosch, el Partido de la Liberación Dominicana, y Manny estaba ahí, cuando germinó, el 15 de diciembre de 1973, en el Congreso Constitutivo Juan Pablo Duarte, un partido que había nacido para triunfar.
La compañera Greicy Lizardo, compañera de siempre, recogió en breves palabras su militancia política:
¨El compañero Manny Gómez fue el número uno en los momentos difíciles del Partido, y de los escasos compañeros que se mantuvo en la Casa Nacional en el año de 1990, cuando todos se marcharon al consumarse el fraude electoral.¨. En la adversidad y en los triunfos, en los esfuerzos concentrados y en las brigadas que formaba el Partido en apoyo a comunidades afectadas por fenómenos naturales, en fin, en todo, siempre estuvo al pie del cañón.
Y no era para menos, porque él mismo definió el motivo que lo había llevado a ser parte de los compañeros que iniciaron la construcción y posterior desarrollo del PLD:¨
¨Yo me siento bien por el Partido, porque yo no entré al partido buscando nada, sino buscando a Juan Bosch¨.
La lealtad es uno de los valores más puro que puede poseer un ser humano, y aunque hoy se pueda ver que una lámpara se apaga con la partida del compañero, lo cierto es que su ejemplo destellará por siempre en el accionar del Partido, como un farol que guiará a los hombres y mujeres que siempre estarán el Partido guiándose de la sublime aspiración del maestro sembrador, dándose al partido, para así, a través de él, darse al pueblo.
Manny Gámez entró al PLD buscando a Juan Bosch, al cual encontró en el rostro de cada peledeìstas y de cada hombre del pueblo, y nos lega ese compromiso como un principio que debe siempre regir a todos aquellos hombre que entren a la política aferrados a altos ideales del bien común, de ahí, de esos hombres, que ven en sus palabras, el mejor rostro de la política, el rostro del servir, como bien lo dijera el compañero Manny, El Che:
«Nosotros entramos al Partido para servirle a Don Juan. Don Juan podía decir lo que quisiera y yo sabía que era verdad, todo lo hicimos por Don Juan, yo me siento muy bien¨.
Hombre de fina estampa, apegado al placer del servir, ese afán lo llevó a ser parte del cuerpo de los bomberos y también, llevarle alegría al pueblo a través de la música, llegando a pegar varios temas, entre ellos, La Boda Negra y Mariza, con el conjunto Los Inolvidables.
Hasta siempre, buscador del bien común a través de los ideales de Juan Bosch. Sé que lo encontraste porque lo demostraste con tus hechos en el Partido y en el pueblo.
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