Durante cierto tiempo mantuve una «columna» basada en cosas que se decían en la calle, las denominadas «bolas». A decir de algunos buenos amigos, «y será cierto…» era un escrito morboso, cosa de amarillismo y/o chismografía. Me dejé de ello porque entendí no agregaba valor alguno, sobretodo después de reflexionar y alejarme de un amigo que figuró en una de esas bolas, se sintió «gravemente herido» y contraatacó por vías amenazantes.
En relación a parte de eso último, quizás no tan drástico, algo similar ocurrió al activista social y político Alfredo Arias. El también profesional del derecho se hizo eco de una bola que corrió o corre en las calles citadinas de San José de Ocoa: desde la comisión de empleo del Partido Revolucionario Moderno (PRM) se está haciendo trueque de empleo por dinero. Arias cometió el «pecado» de golpear la lata hasta las redes sociales y, dado el poder de alcance que tienen estas, la reacción no se hizo esperar. La referida comisión se movilizó rápidamente a los fines de poner la tapa al pomo pero, sin temor a equivocarme, creo cometió un desliz.
Hay un problema de lectura comprensiva porque, en modo alguno, Alfredo Arias formuló acusación. Mas bien se trató de un llamado para dar explicación a la veracidad o falsedad de la bola que corre entre los vecinos del barrio. Creo este hizo un favor al PRM porque sacó el «chisme» de las calles y lo llevó a la formalidad de los medios utilizando las redes sociales como puente. Esa acción «facilitó» el espacio para que la comisión de empleo aclare el asunto y quite presión a la bola que rueda.
Alfredo Arias tiene todo el derecho del mundo, como lo tenemos todos, de solicitar aclaración sobre algún punto. La comisión hizo bien en explicar el asunto pero falló en hacer ver el llamado de Alfredo como una acusación. Muy preocupante saber que alguien del grupo tuvo el atrevimiento de referirle equipos especializados de investigación a tipo DNI y CxA. Los tiempos de persecuciones y dictaduras son cosas del pasado, al menos eso creemos. No hay que llegar a tales extremos, sobre todo si se trata de un chisme sin mayores implicaciones. Desde luego, desconocemos si la comisión maneja información sensible.
El pescado hay que comerlo con cuidado, no sea cosa que una espina haga estragos. El pueblo puede pensar cualquier diablura, sobre todo si ocurre algo «raro» en torno al destacado munícipe. La comisión de empleo debe hacer un desagravio en favor de Alfredo Arias y poner en cintura a ese miembro «terrorista» que habló de DNI y cosas por el estilo.
Me inscribo entre los pocos o muchos que no damos credibilidad a la bola que corre en la calle. Tres son las razones: esa comisión reúne una membresía que creemos honesta e integra, a menos que se demuestre lo contrario. Lo otro es que hablar de 50 mil pesos y 5 salarios como cobro por gestionar un empleo no hace sentido. Eso representa una cantidad monetaria que puede utilizarse para un emprendimiento que genere beneficios por larga data. Tiene que ser un empleo de alta calidad o paga jugosa para recuperar la «inversión» en limpio. La tercera razón es la no presentación de pruebas. Pasar del chisme a la realidad implica probar el asunto y, para ello, debe aparecer «víctimas», cheques, recibos y/o acuerdos firmados.
Ahora bien, no hagamos de tontos, ese tipo de cosas son sistemáticas, ocurrieron en gobiernos pasados y Ocoa no fue la excepción. Se trafica con las tarjetas de cobro, pensiones al vapor, empleado testaferro parcial o total, entre otras triquiñuelas. La mayoría de las veces es un acuerdo «amistoso» entre las partes, un negocio por debajo de la mesa, no necesariamente una extorsión per se.
Hay que trabajar duro para desterrar esa cultura política e institucional, corrupta si se quiere.
Comentarios...