“Perdonar es renunciar a castigar una ofensa recibida, no guardando sentimientos ni rencor”. El perdón es una decisión de cada persona, el cual no debe depender del arrepentimiento o no de quien nos ha ofendido, sino de ser conscientes de la importancia de hacerlo.
A continuación, algunos beneficios que nos aporta el poner en práctica el perdón.
- Nos ayuda a conservar a los amigos.
Como humanos que somos, fallamos ya sea de forma intencional o sin darnos cuenta. Sin embargo, es bueno que cuando esto pase entre amigos, estemos dispuestos a perdonar la ofensa a fin de salvaguardar la relación y poner en práctica el amor.
El que perdona la ofensa cultiva el amor;
El que insiste en la ofensa divide al amigo.
Proverbios 17:9
- Nos permite practicar la empatía.
Ser empáticos significa ponernos en el lugar de la otra persona para captar lo que siente y analizar cómo nos gustaría que nos traten si nos tocara estar en su situación. La práctica de la empatía nos permite ser compasivos y bondadosos, pues el hecho de ser empáticos nos coloca en el plano de los demás, así que, queremos su bienestar como el de nosotros mismos.
Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.
Efesios 4:32
- Nos permite ser tolerantes.
Muchas veces no estamos dispuestos a soportar las ideas, puntos de vista, u opiniones de los demás. Esta situación suele darse en las relaciones de familia, el trabajo o cualquier otro grupo social donde tenemos que lidiar con personas. Queremos que todo salga tal y como lo planeamos, que los demás estén de acuerdo con nosotros y nos aplaudan, pero es importante escuchar sugerencias y aceptar que nos equivocamos, que a veces nuestros colaboradores pueden tener la razón y, aun cuando no la tengan, debemos atender con paciencia, sin alterarnos, sabiendo que otros pueden tener ideas distintas a las nuestras. Así que, la próxima vez que tengamos que lidiar con alguien que nos contradice e incluso nos “ofende”, antes de enojarnos, debemos pensar en que hay que perdonar, y que la práctica de este nos permite ser tolerantes.
De modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.
Colosenses 3:13
- Nos acerca a Dios.
Cuando estamos dispuestos a perdonar las ofensas de nuestros hermanos; en nuestros corazones no hay espacio para la ira, el rencor ni el desamor, sino que, en contraposición, nos permite cultivar el amor el cual es la clave para tener una vida genuina y una mejor relación con Dios. La falta de perdón no nos permite amar a los demás, sino que crea en nosotros sentimientos de odio y deseo de venganza. Amar no significa que amemos solo a los que nos aman, porque eso hacen todos, la diferencia radica en que podamos amar a quienes nos aborrecen. El mismo Jesús nos simplificó los diez mandamientos en solo dos: amar a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo. El que ama está siempre dispuesto a perdonar y quien perdona recibe perdón.
¿Qué Dios hay como tú, que perdone la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia.
Miqueas 7:18
- Nos ayuda a ser mejores personas.
Cuando perdonamos a los demás tenemos mayor ventaja para establecer relaciones sociales y vivir en armonía con otros, pues muchas veces guardamos sentimientos negativos contra alguien sin estar conscientes de si lo que estamos sintiendo es justo o no, es decir, sin investigar o sentarnos a analizar antes de condenar. Juzgamos a otros sin compasión, lo que nos aleja de podernos llevar bien con nuestros vecinos, amigos y relacionados.
Con relación a esto, la biblia nos dice: No juzguen, y no se les juzgará. No condenen, y no se les condenará. Perdonen, y se les perdonará.
- Nos permite cultivar la paciencia.
Como humanos que somos, a diario pecamos contra Dios, ya sea con hechos o con palabras, pero, nuestros Señor es paciente con nosotros, tanto que está dispuesto a perdonarnos siempre que vayamos a él con un corazón contrito y humillado. En cambio, nosotros somos impacientes con nuestros allegados y relacionados. Nos cansamos de perdonar sus ofensas, damos paso a la ira y no solo eso, sino que permitimos que esa ira nos lleve a tomar malas decisiones de las cuales nos arrepentimos toda la vida. Dios nos enseña con su ejemplo que debemos ser pacientes con los demás y entenderlos sin reproches y sin reclamos, poniendo en práctica la paciencia.
Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: ―Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano que peca contra mí? ¿Hasta siete veces? ―No te digo que, hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete —le contestó Jesús—.
Mateo 18:21-22
El perdón actúa como un analgésico, no solo para aquellos a quienes perdonamos sino también para quien lo otorga, ya que, al hacerlo liberamos culpa y energía negativa que nos afecta tanto de manera emocional como física. En ese sentido, es importante que, a pesar de ser una decisión muy personal de cada uno, tratemos de practicarlo. De esa manera tendremos la satisfacción de haber hecho lo correcto. La biblia dice en Romano 12: 18 Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, estén en paz con todos los hombres.
Además, Jesús nos da una exhortación en el libro de Marcos 11:25.
Y cuando estén orando, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, para que también su Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados.
Comentarios...