Elevar la calidad de la educación ha sido durante años una de las metas más anheladas de las Autoridades Educativas Dominicanas, sueño este que, en cierto modo se estaba comenzando a cristalizar, con acciones como: la implementación de la Jornada Escolar Extendida, la República Digital, Formación Continua a Docentes, Programa de Inducción a Docentes de Nuevo Ingreso, Inversión del 4% del Producto Interno Bruto (PIB) entre otras. No obstante, en un abrir y cerrar de ojos todo ha cambiado.
Nos tomó por sorpresa una realidad dura de enfrentar y que amenaza con llevarnos a un retroceso en ese sentido, debido a que por encima de todo está la vida y para garantizarla, se ordenó la suspensión de docencia de manera presencial, recurriendo a otras alternativas con miras a palear esta situación para la cual no estábamos preparados como país. Todo parece indicar que la frase “El dominicano compra candado después que le roban» comienza a cobrar sentido en el ámbito educativo, pues los hechos han evidenciado la importancia de tener un plan B preparado ante la ocurrencia de cualquier eventualidad. No obstante, a pesar de no tener nada concreto elaborado para impartir docencia a distancia, la labor altruista de directores, docentes, padres y estudiantes permitió que se pudiera culminar el pasado año escolar 2019-2020.
Hoy de cara al inicio del nuevo año escolar las autoridades salientes, en conjunto con las nuevas, han estado trabajando para garantizar la continuidad del proceso enseñanza y aprendizaje, pese a todas las adversidades; esta vez llevando a la comunidad educativa una estrategia que han implementado países en las mismas condiciones que el nuestro, con relación a la pandemia. La enseñanza a distancia de forma virtual, es sin lugar a dudas, la mejor alternativa frente a la crisis sanitaria que vive el país producto del virus COVID-19, esta vez con la incorporación de la Radio y Televisión que son, sin lugar a dudas, equipos tecnológicos al alcance de la mayoría y que a diferencia del celular y la computadora que, de acuerdo con el plan diseñado por las pasadas autoridades, se seguirán usando para las clases virtuales, no necesitan de internet para que los estudiantes puedan nutrirse de los diferentes contenidos.
Ahora bien, ¿Qué pasará con esa minoría que viven en zonas apartadas, que no cuentan con estos equipos?, ¿Qué harán los maestros y estudiantes de esos lugares donde todavía el contar con energía eléctrica 24 horas es un sueño?, ¿Cómo enseñar contenidos de matemáticas a través de la radio?… mi actitud podría sonar un poco pesimista, pero pienso que la vida se vive de realidades, es decir, que hay que tener los pies sobre la tierra. Aun así, valoro la iniciativa y el deseo de las autoridades de buscar una solución pertinente a la problemática que nos atañe. Dicho lo anterior, es importante resaltar además que en el mencionado plan, se hace mención de la falta de energía eléctrica y se propone la repetición de los programas para mitigar la situación, pues para nadie es un secreto que en los últimos días han arreciado las largas tandas de apagones, incluso en los circuitos 24 horas.
Se hace necesario entonces, que todos aunemos esfuerzos para salir airosos de esta realidad. Continuar enrumbando la educación hacia los caminos del cambio es tarea de todos: directores, docentes, padres, madres, tutores, estudiantes y comunidad educativa en sentido general. Correr ahora no es una opción, y mucho menos hacernos los desentendidos. Tal vez las clases virtuales no sean lo más ideal, pero ahora es la única salida. El reto es hacer que suceda, de nosotros depende en gran medida el éxito o no de la ejecución de este plan o del que presentaran las nuevas autoridades, que de hecho ya fue anunciado por el ya presidente la República Dominicana, Licdo. Luis Abinader. Cada uno de nosotros tenemos una valiosa cuota que aportar para que la enseñanza llegue a todos en cantidad y, sobre todo, en calidad. Esto mientras dure esta problemática y podamos vernos de nuevo en las aulas, donde la linda labor de enseñar pueda hacerse acompañar de afectos, abrazos y ese apoyo personalizado que tanto aporta al logro de los objetivos.
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