Por: Ascanio Casado Alcántara
Es el título de un hermoso escrito que figura en la revista semanal ¨La Opinión¨, de fecha 2 de mayo de 1925, el cual es toda una apología a la necesidad de preservar principios morales que cimenten ciudadanos de bien.
Es un valioso aporte a la formación del individuo para que sea consciente de cuál es su papel en la sociedad, aquel que bañado por un alto espíritu de solidaridad, ve en el placer de servir el sentido de la vida, y pone por encima de su interés particular, el bien colectivo.
Aquel que en su proyecto de vida, debe regirse por principios morales que proyecten su mejor versión, aquella que está dotada de valores cívicos y principios de vida que prestigienla especie humana.
En este paso del hombre por este valle de lágrimas, lo ideal es no tener nunca que escuchar que se le endilgue que ha perdido hasta la vergüenza, porque cuando se arriba a este punto, es que ya todo se ha perdido, porque cuando la vergüenza se pierde, nunca se vuelve a encontrar.
Cito:
Ël aire, el agua y la vergüenza, anduvieron mucho tiempo por el mundo en compañía, hasta que en una de las mudanzas del aire, en una de las sinuosidades del agua, se perdió la vergüenza… Lanzàronse a buscarla el aire por un lado y el agua por el otro, tan luego la echaron de menos… en sus pesquisas se encontraron en las alturas del cielo, el aire cabalgando en alas del torbellino, el agua en la carroza de las nubes… ¿Ha visto a la vergüenza?… se preguntaron mutuamente se respondieron: ¡no la he visto!… Separàronse otra vez para buscarla con nuevos alientos; y otra vez se encontraron en las profundidades de la tierra, el aire silbando por las vueltas de la cavernas, el agua horadando las rocas para abrirse paso… ¿Has visto la vergüenza?… se preguntaron otra vez; y otra vez se respondieron: ¡no la he visto!…
¡La vergüenza si una vez se pierde, nunca jamás aparece!. .
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