NUEVA YORK. El cónsul de República Dominicana en Nueva York afirmó que existe mucho temor entre los dominicanos residentes en dicho estado, tras la entrada en vigencia de las medidas migratorias emitidas por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
Durante una entrevista exclusiva a Diario Libre, Carlos Castillo detalló las labores que realiza el consulado para orientar a los dominicanos ante esta situación, y además se refirió a otros temas de interés para la diáspora, que reseñamos a continuación:
P. ¿Cuál es la realidad de los dominicanos tras la toma de posesión de Donald Trump? ¿Se están viendo afectados con las medidas migratorias?
R. Hay muchas personas que tienen problemas pendientes con la ley. Hemos orientado a los dominicanos. Les hemos aconsejado que si tienen algo pendiente con la ley consulten a un abogado, que se acerquen al consulado.
Les explicamos que tienen derecho a la legítima defensa y eso lo establece la Constitución de los Estados Unidos de América. Les aconsejamos no decir nada ni aceptar nada sin son detenidos por un oficial de migración y que consulten con su abogado.
Emitimos una guía que se llama «Cuáles son sus derechos como inmigrante», donde explicamos las recientes medidas de migración tomadas por Trump y que detalla los mejores consejos para evitar ser deportado.
Hemos recibidos muchas llamadas. Hay mucho temor. Como siempre, mucha gente poniendo candado después que le roban: poniendo sus documentos al día, gente que dejaba vencer residencia, que no había declarado impuestos lo está pagando.
Muchas personas que tienen familiares en Estados Unidos, un padre, un hermano, un hijo, adquieren residencia y regresan a Santo Domingo. La Ley establece que han de estar en aquí con un permiso. Eso es un problema. Si no la desean han de devolverla y optar por una visa. El 90% de los que hagan esto podría adquirirla.
Otras personas tienen violaciones de tránsito, delitos menores, son residentes, tienen multas y olvidaron pagarlas. Esas personas tienen que acogerse a leyes porque si no un oficial de migración puede detenerlo.
Hay gente con citatorios, que salió bajo fianza, que tiene pendiente ir a juicio de fondo y no van. El delito y la causa no perimen. Un día salen, aunque han pagado sus impuestos, cuando regresan de vacaciones pueden tener el riesgo de que le cancelen su residencia o le impongan la pena de lugar.
P. ¿Cuántos dominicanos han sido deportados en los últimos cinco años hacia República Dominicana y por cuáles delitos?
R. Las órdenes ejecutivas de Trump se emitieron a final de enero. Hubo muchas detenciones. No hubo casos ni denuncias de dominicanos. De hecho las deportaciones se han reducido. En enero de 2016 se ejecutaron 99 deportaciones. Para este mismo mes, en este año, fueron 75. En febrero 2016 se consumaron 108. En 2017 solo 78.
Se está repatriando a personas que han cumplido condenas, que tienen estatus irregular y las detienen. Les están dando prioridad a personas que tienen problemas con la ley.
No están persiguiendo personas ilegales o que llegaron de forma regular con visa de turista. Pero hay que tener cuidado. A veces los dejan pasar por alto. La segunda vez que venga, si lo hacen en un período corto, se notará reincidente.
P. En sus primeros días de gestión usted anunció que habían iniciado una jornada de visitas a las cárceles donde hay presidiarios dominicanos, los cuales en los últimos 16 años no habían sido visitados, ¿cuál fue la situación que encontró durante esas visitas?
R. Iniciamos unas giras en centros de detenciones, donde hay personas que serán deportados. Batallamos en Búfalo, en Patterson, donde hay una gran población dominicana. Hay 1,728 dominicanos detenidos, listos para deportarlos en estados donde el consulado tiene jurisdicción.
En 2012 hubo un acuerdo entre Departamento de Estado de Estados Unidos y el Ministerio de Relaciones Exteriores. Hubo mala interpretación de este pacto. En ese momento se entregó el manejo de las cartas de rutas a la embajada dominicana en Washington. Ellos recibían los listados de repatriados y las cartas de rutas sin ver expedientes.
Cuando hicimos los recorridos por las cárceles para ver su status observamos que muchos detenidos eran familiares de ciudadanos norteamericanos. Había además elementos constitutivos apelables.
Solicitamos que se devolviera la emisión de la carta de ruta a las oficinas consulares, principalmente en Boston, Chicago, Miami y Nueva York para que se observen los expedientes. Vimos que se podían apelar muchos casos. Estamos evitando la ruptura de las familias dominicanas. Estamos evaluando caso por caso en el Departamento de Asistencia a los Ciudadanos Dominicanos. Muchos casos son salvables.
P. Recientemente se reunió con el presidente Danilo Medina y el comisionado de la Policía de Nueva York. ¿Qué se trató durante el encuentro? ¿Están coordinando estrategias para combatir la delincuencia que afecta nuestro país?
R. La visita fue básicamente de cortesía. En ese encuentro firmamos un acuerdo entre la Policía Nacional dominicana y la Policía de Nueva York. Es una renovación de un tratado de 2004 que caducó en 2009.
El comisionado ofreció asistencia a la Policía dominicana en entrenamiento, comunicación, cruce de informaciones, en el área de inteligencia como manera de prevención contra delito y a darles entrenamiento aquí a los oficiales dominicanos con los gastos pagos por la Policía de Nueva York.
Los policías neoyorquinos están dispuestos a ayudar con armamento para detener a los delincuentes, chalecos antibalas, entrenamiento en falsificación, adiestramiento en fuerzas antiterroristas y de acción rápida.
Lo más importante es el soporte en la inteligencia de prevención del crimen y seguimiento a criminales.
Dentro de poco vendrán a Nueva York oficiales del Departamento de Homicidios e Inteligencia de la Policía dominicana. Es algo productivo, atinado.
-A propósito de la delincuencia, he escuchado el sentir de varios empresarios residentes en Nueva York que han desistido de retirarse en República Dominicana por los niveles de criminalidad. ¿Ha hablado al respecto con las autoridades dominicanas, debido a que en esa posición deben de estar muchos dominicanos y eso es dinero que deja de entrar al país?
R. Es algo sociológico. Ha habido mucha emigración a las ciudades. Santo Domingo, de ser una ciudad de 300 mil personas ahora hospeda de 3.5 millones de habitantes. Santiago alcanza casi 2 millones.
Cuando se ven los números del crecimiento económico de República Dominicana, se toma como ejemplo para la región del Caribe y Latinoamérica. La distribución no ha llegado como tiene que llegar. Pero ha incrementado nivel de empleo y un aumento de personas que han logrado progresar con pequeñas empresas. Hay muchas virtudes por destacar y no se han hecho.
Tenemos que tener mucho cuidado. Nosotros dependemos del turismo. Nuestra economía depende de turismo. He visto en «bibichats» advirtiendo sobre el peligro de viajar a República Dominicana. Estamos jugando con candela.
Hago una exhortación de que no dañemos «la gallina de los huevos de oro» que es el turismo. Exhorto a los medios que no lo hagan. Países como Jamaica, competencia nuestra, donde la delincuencia era mil veces peor, nunca le dieron una primera plana a una noticia de un asalto. Ni México ni Cancún, y se sabe cómo vive este país con los carteles.
Nosotros debemos cuidar lo que se publica en los medios y tomar acciones necesarias, nosotros como gobierno, y lo estamos haciendo.
P. ¿Tienen un registro de cuántos dominicanos están desempleados?
R. No tenemos ese dato. Lo que sí tenemos es una campaña de orientación y reclutamiento para emplear dominicanos junto a distintas organizaciones no gubernamentales.
Este país está lleno de oportunidades. Lo que no ha habido son buenas informaciones. Hay muchas facilidades de becas para estudiantes meritorios, financiamiento para quienes no puedan pagar estudios, asistencia en salud gratuita incluso para personas con estatus migratorio irregular, ferias de empleos.
Nosotros debemos ser ente de enlace para darle información para que soliciten cualquiera de estos servicios. Creo que esa es la misión principal nuestra como representantes de dominicanos.
P. ¿Cómo define a la comunidad dominicana que vive en Nueva York?
R. La considero una comunidad laboriosa, entregada, de personas que vinieron a buscar una mejor vida. Los primeros inmigrantes llegaron en 1947. Estamos haciendo un documental sobre la participación de dominicanos en la II Guerra Mundial para mostrar a esos hombres y mujeres.
Vino una gran oleada durante la dictadura trujillista. Igualmente, en la Revolución del 1965, en los años 80 durante la crisis económica, en la década del 90 también.
Me siento bien orgulloso de nosotros los dominicanos. Hacemos un aporte del 13% del producto interno bruto (PIB) a la ciudad de Nueva York. Son miles de millones de dólares que aportan los dominicanos.
En la economía informal tenemos dominicanos que son actores principales en diversas industrias como transporte, belleza, la construcción. Sobresalen las saloneras, los taxistas, los obreros de la construcción, las personas que atienden envejecientes, quienes actúan como profesores, doctores -gente que emigró, revalidó y está ejerciendo su profesión-.
En la Asociación Nacional de Supermercados existen 850 supermercados que son propiedad de dominicanos desde Atlanta hasta Massachusetts. Dominicanos que generan negocios por RD$8 billones de dólares. Los empleados de estos supermercados son dominicanos en gran medida.
Somos una clase que ha venido a trabajar y hemos puesto el nombre en alto. Hemos venido a buscar mejoría de vida para nuestros connacionales y lo hemos hecho a base de sudor, seriedad y entrega.
P. ¿Cuál es su mayor reto como cónsul?
R. Dejar un legado. Que otras personas le den continuidad de estado a las cosas que hemos implementado aquí, que se le dé continuidad. Que cuando un dominicano salga de aquí salga satisfecho del servicio que se le ha dado. Que diga que tiene una casa porque al final esta es la casa de los dominicanos. Aquí estamos para darle buen servicio y velar por integridad de nuestros connacionales.
Fuente:Diariolibre.com
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