Cuando la población escucha la palabra cardiología, de inmediato existe la asociación con el corazón y no es necesario explicar a qué se dedica dicha profesión. Esto no ocurre cuando se escucha la palabra nefrología, en ese preciso momento hay que hacer una parada técnica y señalar a que se refiere el término.
Este desconocimiento sobre esta especialidad médica es parte fundamental de las complicaciones y llegadas tardías de los pacientes renales a consulta, y es por esto que se hace necesario fomentar la educación con el fin de prevenir dichas dificultades.
La nefrología es la rama de la medicina interna que estudia el riñón, órgano vital del ser humano, utilizando como campo la prevención, el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades renales y sus complicaciones.
Otra situación que suele ocurrir es la confusión entre la urología y la nefrología, estas se diferencian en que la primera es una especialidad médico quirúrgica que se encarga de los trastornos anatómicos o estructurales de los riñones y las vías urinarias. Trata problemas renales obstructivos, cáncer y también el resto del tracto urinario y aparato reproductor masculino.
Mientras que la nefrología se encarga de los trastornos que afectan la funcionabilidad del riñón, como órgano que filtra y depura la sangre del organismo además de producir hormonas que velan por el funcionamiento del cuerpo, interviene en la producción de glóbulos rojos, regula la presión arterial, los trastornos hidroelectrolíticos, el equilibrio ácido base, diagnóstica y trata las enfermedades clínicas que aquejan dichos órganos, tanto de manera conservadora como con terapias de sustitución renal (Diálisis/trasplante).
En la actualidad la enfermedad renal crónica afecta de un 10 a 12 porciento de la población mundial, estas cifras van en aumento, lo cual representa un problema de salud pública, tanto por las implicaciones orgánicas y limitaciones físicas que esta afección conlleva, así como el elevado costo que le causa a los sistemas de salud.
Comentarios...