Quienes piensan que Félix Estrella perdió el pasado día 5 de julio, la elección para representar a San José de Ocoa en el senado de la República Dominicana, pasan por alto que todo en la vida es un proceso, que el resultado de un momento cualquiera es el resumen del conjunto de acciones que lo precedieron. Félix no perdió esa elección el 5 de Julio, ese día fue cuando vimos el resultado de un proceso que empezó en el año 2012.
Para el año dos mil, a la salida del PLD del poder en su primera gestión, Félix fue la máxima estrella del peledeísmo en Ocoa, su única figura en el organigrama de servicio público por elección, y uno de los muy pocos (menos de cinco), que daba oxígeno a las necesidades de las bases del partido.
El PLD había pasado cuatro años en el poder y todavía era un partido poco contaminado. Sus dirigentes desempeñaron funciones sin acumular riquezas y, atender los reclamos de un partido que acababa de abrirse a las masas requería de grandes recursos que ellos no tenían. Para entonces Félix era un próspero empresario agrícola, de una capacidad de trabajo físico extraordinaria combinada con gran inteligencia que aplicaba en esa disciplina y por supuesto, en la política.
Ivelisse Tejeda, esposa de Félix Estrella, hubo de construirse una cocina en el amplio patio de su casa para mantener encendidas las hornillas. Comida todo el día, café, jugo o agua. Era la casa de todos.
Regresado al poder en el año 2004, Estrella respiró mejor pero siguió pagando el precio de no pertenecer a la corriente del presidente, entonces llegó el año 2012, y con él, la desgracia de un partido y la de la candidatura de Félix.
Llegado a la presidencia en el año 2012, Danilo Medina empezó una cacería contra la obra de Leonel Fernández, quien acababa de hacer un milagro al convertir en presidente al mejor dirigente político del partido, al hombre que se había preparado para ello y contaba con todas las condiciones académicas, morales y de meritos, pero al que le faltaba aura, brillo, empatía con las masas.
La visión del presidente tocó a Félix Estrella.
Fue tomado como delfín del presidente para enfrentar a su “enemigo”, al que había obrado el milagro de convertir un 33 por ciento en un triunfo en primera vuelta, Leonel.
En todo el país se registró la marca, la filosofía de la confrontación abierta. Félix fue nombrado gobernador, apoyado sin reservas; sus acciones dispararon su popularidad en el seno del pueblo pero empezaron a minar su liderazgo interno, ahora teníamos Estrellistas y Carlistas enfrentados a muerte.
En el año 2012 empezó el proceso que parió este resultado. Hubo que cancelar a compañeros valiosos por no ser del presidente; los Carlistas (leonelistas porque para entonces Carlos Castillo era un senador de Leonel Fernández) fueron opacados; los medios de comunicación fueron copados de gobierno, de Estrella, y el malestar creció.
Félix Estrella bien pudo ser el candidato a senador del PLD por San José de Ocoa, en el año 2016, Carlos estaba derrotado, y con un presidente a tope en su popularidad y un partido corriendo sin oposición, la victoria pagaba noventa diez en las bancas. Entonces apareció “Fénix”, el ave surgió de lo que los enemigos pensaban eran cenizas por todo el fuego que habían prendido a su alrededor, por todas las acciones emprendidas para desacreditar su gestión y su figura, e impuso reelección por reelección. Danilo no pensó en los Félix Estrella que había preparado en todo el territorio nacional, al punto de que no solo sacrificó sus aspiraciones, sino que además los relevó de sus cargos en muchos casos. Ellos no importaron.
Félix jugó mal sus cartas, las primeras en caer a la mesa, los despidos, las confrontaciones, fueron cartas forzadas por la filosofía del presidente; las segundas, no apoyar a Carlos y con ello facilitar la llegada de Pedro Alegría, fueron decisiones propias hechas por honor, pero políticamente suicidas; las terceras cartas en la mesa, rodearse de personas ajenas al liderazgo interno del partido, también fueron decisiones propias cargadas de buena intención y dando participación, pero desvinculantes de las bases.
Félix empezó a gestar la derrota de su candidatura en el año 2012, el 5 de julio solo vimos el resultado.
¿Tiene Futuro?
La última carta mal jugada de Félix Estrella, fue su lealtad ciega al presidente y no al partido. A algunos amigos de la comunicación advertimos lo difícil que resultaba cargar con el rechazo que había generado el presidente tras la división del partido, y lo cuesta arriba del proyecto llevando en hombros una candidatura tan vulnerable como la del candidato presidencial.
Ante la incapacidad de ascenso del candidato presidencial, Danilo Medina debió instruir y apoyar sin reservas a sus candidatos senatoriales, para que buscaran sus votos independientes del candidato presidencial, que formalizaran alianzas locales que generaran resultados; Debió además canalizar los recursos del manejo de la pandemia a través de ellos, empoderarlos. Pero ellos nunca importaron, hasta que llegó Gallup, pero ya era demasiado tarde.
Félix es una de las tantas víctimas de una visión presidencial sesgada por la pasión. Para muestra una “naquita”, todas las provincias que Danilo visitó en la última semana de campaña, perdieron sus candidatos, sus visitas fueron inoportunas al transferirles a sus candidatos el rechazo de la población al gobierno.
Félix tiene mucho futuro, es un producto de fácil mercadeo, su relanzamiento es fácil, pero no en el PLD. Las contradicciones internas a nivel local, y la condición decadente del partido a nivel nacional, hacen pronosticar que el partido de Juan Bosch cumplió su ciclo. En los próximos veinte años el Partido Revolucionario Moderno y Fuerza del Pueblo, serán las organizaciones que dominarán el espectro político dominicano.
Comentarios...