Deben hacer una película del Titere.
Los plagian y a quien investiga el FBI por «Mesias» es al plagiador.
Lo plagian y a quien le ponen impedimento de entrada a Estados Unidos por «Noticiero» y «Si el Norte Fuera el Sur» es a su plagiador».
Lo plagian a el, pero su plagiador se va de la disquera, recupera pagando al triple las canciones que vendió; crea su propia disquera, maneja sus propios conciertos y se vuelve un empresario musical de éxito absoluto.
Toda insinuación y ninguna demanda.
Cuanta envidia provoca el Profesor de quinto grado, selección de fútbol de su país, selección de baloncesto de su país (dueño del récord de más puntos hasta hace unos años, con 79).
Cree en Dios, pero invita a Jesucristo a quedarse allá arriba; no hizo concierto como Juanes pero sin tener vela en ese entierro busca hacer un puente de 90 millas para que los primos corran abrazarse como se merecen y la ideología no se meta más con quien no le inporta; describiendo en poesía hecha canción la situación de nuestros hermanos cubanos, los de un lado y el otro.
Nos desnuda en Ayudame Freud, mostrando las inseguridades que buscamos ocultar con la mujer que queremos y el patrón de mujer que nos ha sido dado; nos destila el Noticiario perfecto y coincidente con la realidad, pero que de existir lo sacan de la aire. Puso evidencia que los hombres vemos novela, enamorándose de la tipa de la tele, nos hizo agarrar una copa de vino en Te Conozco y nos hace desear ser Portero para ver la las líneas vaciladoras de la coqueta vecina.
Nuestros migrantes no se quedan fuera de su pluma plagiadora, recordándonos la real de un Caribe en Nueva York, sin dejar fuera a los hermanos mexicanos en Mojados, transportando nos en el tiempo para entender porque los blancos tenemos el negro tras la oreja y los negros los blaquitos en un cruce de amor que nadie pidió pero esta, contándonos Carabelas y Mujer de Guamani.
Me están jodiendo la vida nos hace recorrer el animal nocturno que podemos ser, mientras Caverniculas nos transporta al disfrute perfecto del sexo en amor.
En definitiva, Ricardo Arjona es una especie no común y especial que Dios y sus padres les han dado a quienes seguimos su música y carrera y los que se resisten a reconocerlo. Ahora con Blanco Negro, se impone como el critico de siempre en la forma de querer alcanzar la fama.
Hace una descripción en el Blues de la notoriedad en la que el mismo se da sus par de jalones de oreja, pero que no escapa a todos en sus diferentes actividades y labores.
La rivalidad con otros artistas no es casual y surge cuando decide hacer vida y acción propia como cantante y productor, luego de pasarlas todas entre Argentina y su segundo hogar; México. Lo lamentable es ver como una empresa, un artista, periodistas se prestan a querer descalificar a quien fue descrito por Alberto Cortez; » …. Me tranquiliza saber que existe Ricardo Arjona. Eso quiere decir que la música y su mensaje no morira» algo parecido pensaba Facundo Cabral del guatemalteco que en Ella y El, Mi País, México nos imprime naturalidad en cada una de sus experiencias, dejándonos a un Taxista que quería dejarle claro a su amada que tan ilógico era su vida sin ella comparándolo con caer a pedradas una estrella fugaz y ahora se vuelve invisible como amante de un tipa que ama más al que no se ve en la foto que al marido.
Escucho a Ricardo Arjona y no sólo lo escucho, lo sigo y respetando a sus críticos les digo; ustedes se lo pierden.
Se pierden encontrarse en una de sus canciones; sea en el tema amoroso, reclamo social, situaciones políticas, identificación religiosa o sencillamente volviéndose tan revolucionario adaptado al capitalismo como la búsqueda de que conozcamos su música le obligue.
Las insinuaciones se quedan en la ausencia de reconocimiento al talento y psicología del guatemalteco, prefiriendo escucharlo a escondidas y no reconocer que su música es un regalo de Dios a través de el, regalándonos una preciosa poesía dedicada a la dueña de nuestra existencia; «Mi Novia se me está Poniendo Vieja», sin dejar de lado la fabulosa sensación de contemplar la desnudez de la mujer deseada.
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