No es de sorprenderse como han salido los “comprometidos” a defender la supuesta “brillantez” de exposición de Gonzalo Castillo, el candidato más caro en la historia política dominicana, (se le atribuye a Leonel haber dicho que disponía de 40 mil millones para cambiar la baja popularidad que tenía Danilo en el 2012, pero esos parecen ser cheles para lo que se ha gastado en hacer que Gonzalo sea popular), en la presentación de propuestas que hicieran al país los tres principales candidatos presidenciales la noche de martes recién pasado.
Fruto del sistema de evaluación deficiente que por décadas se ha inculcado al estudiantado dominicano castrando la capacidad crítica, y a la nueva era de las noticias falsas donde importa más el “cómo” se digan las cosas, que los hechos mismos, todas las mediciones cuentan que Gonzalo tuvo un buen desempeño en la presentación de sus propuestas.
Lo acontecido, es una muestra de cómo hemos ido de lo fundamental a lo aparente. Gonzalo, un candidato impuesto a la base del PLD por la desmedida ambición de Danilo, un candidato que cada vez que habla de manera espontánea pierde simpatías, de repente es la mayor expresión de la intelectualidad y pristinidad de exposición. Les tocaría guardarlo en bóveda de acero por lo que resta de campaña para dejar en la mente de los “comprometidos” ese último acto de lucidez expositora.
Siempre que sea posible, debemos apelar al argumento como forma de impedir que nos “engañen” quienes dicen defender nuestros intereses cuando en realidad defiende los suyos, o siempre que queramos estar lo más cerca de la verdad. Sin importar los resultados, hay mucho placer en el estado consciente.
Los hechos: Gonzalo es un candidato impuesto y sería un presidente títere, eso no son palabras son realidades que sabemos de antemano. Gonzalo es un candidato con problemas para sostener una conversación coherente, y si es deficiente en la elaboración del pensamiento, también lo sería en la difícil tarea de dirigir un país, más aún en tiempos de crisis, eso son realidades, no palabras. Gonzalo no tiene propuestas, su propuesta es lo que diga Danilo, eso son realidades, no palabras. Gonzalo es un candidato cuestionado en el manejo de los recursos del pueblo, eso son realidades, no palabras.
Mas hechos: Gonzalo estaba leyendo en un telepronter donde se le escribió lo que debía leer, no estaba exponiendo sino leyendo. Esa es una realidad, no palabras.
Es decir, este estudiante se ha pasado todo el año sacando chivo, dejando de entregar sus tareas a tiempo, fallando en los “pruebines”, cuando se para a exponer la clase se pone gago y lo que dice es incoherencias, y en el examen final se sienta atrás, copia las respuestas del compañero y pasa la materia.
Los hechos: Gonzalo solo puede leer bien porque no puede exponer bien ni siquiera lo que piensa. Gonzalo no tiene propuestas, son de Danilo. Gonzalo no nos representa, representa la continuidad del desastre. Eso son realidades, no palabras. No expuso bien, solo dijo lo que le escribieron.
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