Una de las principales dificultades por las que atraviesa la sociedad en los últimos tiempos, se debe en gran medida a la falta de comunicación en la familia que es el componente fundamental de toda sociedad y donde se obtienen los valores y habilidades indispensables para una adecuada formación integral de los hijos.
La comunicación, es el proceso a través del cual los individuos intercambian ideas y sentimientos.
Cada ser humano es único e irrepetible, en ese sentido, cada quien tiene su propia forma de percibir y enfrentar las situaciones, lo que explica la razón por la cual donde hay dos o más personas que hacen vida ya sea de forma laboral, familiar o en cualquier otro grupo social, hay divergencias en las ideas que muchas veces dificultan la posibilidad de ponerse de acuerdo en un tema tratado. Sin embargo, existen otros factores que dificultan la comunicación, provocando que cada día se vayan perdiendo las relaciones interpersonales y, por ende, la puesta en común de las ideas; esto son:
1- Uso excesivo de las redes sociales:
Las redes sociales son de vital importancia para la humanidad, incluso facilitan el intercambio de información entre las personas, no obstante, el uso desmedido e inadecuado de ellas, afecta de manera significativa la buena interacción entre los integrantes de la familia, conllevando a sus miembros a un distanciamiento interno, donde incluso en actividades programadas para compartir o conmemorar fechas especiales, cada quien está atento al celular, tablet o computadora, dejando de lado la comunicación oral que es la que permite expresar sentimientos y deseos. Esta situación está conduciendo a las familias a una crisis de valores que nada tiene que ver con el modelo inicial empleado por Dios.
2- Padres muy ocupados:
Los nuevos tiempos, las demandas sociales y el costo de la canasta familiar, hacen que cada día los padres tengan que salir a trabajar para sustentar a los suyos, teniendo que dejar a sus hijos bajo custodia de terceros. Esto provoca que se pierda la comunicación entre padres e hijos, pues muchas veces cuando los progenitores llegan a casa, los niños duermen o los papás están muy cansados como para dedicar tiempo a detalles tan importantes como: jugar, hacer tareas escolares, charlar y preguntarles sobre las actividades desarrolladas durante el día. Esta situación hace que peligren las relaciones entre los padres y sus retoños, ya que, sin darse cuenta descuidan la parte más valiosa en cualquier relación que es la Comunicación.
3- Padres autoritarios:
Cuando los padres ejercen control excesivo sobre los hijos sin darles oportunidades para expresar sus sentimientos, deseos, emociones y puntos de vista, la comunicación es pobre o escasa, es decir, que solo los progenitores tienen derechos a exponer las ideas y decir cómo tiene que funcionar el hogar.
Los niños que crecen en este tipo de ambientes, por lo general son: tímidos, retraídos inseguros de sí mismos y en el futuro tienen dificultades para expresarse de forma efectiva y afectiva, pues casi siempre tienden a seguir el patrón de los padres y reproducirlo en el futuro.
4- Padres muy permisivos:
Este tipo de padres, no ejercen control sobre sus hijos, no establecen reglas claras en el hogar, poca o nula designación de tareas acordes a sus edades, los hacen participes de conversaciones no aptas para ellos, entre otros. Estos niños, casi siempre desarrollan comportamientos agresivos, se creen adultos, les cuesta interrelacionarse con otros y establecer relaciones de amistad. En estos casos es difícil que exista una buena comunicación entre padres e hijos, pues no les interesa dialogar, ni asumir responsabilidades. Esta falta de interacción en la infancia provoca que, en la edad de la adolescencia, estos vean la comunicación como una imposición de ideas.
Estos factores son enemigos silentes que destruyen las buenas relaciones familiares. Si se quiere cambiar el rumbo de esta sociedad, hay que prestar atención a los hijos, estar pendientes de todo su accionar, con quién o con quiénes se juntan, qué hacen, qué ven en la televisión u otros equipos tecnológicos… en fin, estar al tanto de ellos; asumiendo así con responsabilidad el rol de padres; todo esto se hace posible siempre y cuando se cree un clima de confianza en el hogar, donde fluya la comunicación de manera natural entre los miembros de la familia.
Los padres tienen el privilegio de elegir el tipo de educación que quieren para los hijos y gozan de todas las oportunidades para hacerlo. Según la teoría de la “tabla rasa” del filósofo inglés John Locke, los niños nacen con la mente “vacía”, es decir, que sus destrezas y habilidades son producto del aprendizaje. En ese sentido y, basado además en lo que plantea el psicólogo suizo Jean Piaget en su teoría del constructivismo, “El conocimiento se construye partiendo de la interacción con el medio”, es decir que el entorno influye de manera significativa en la formación y aprendizaje de los niños. Sin embargo, los padres aportan una importante cuota en el porvenir de los hijos. De ahí la importancia de que exista una buena comunicación en la familia.
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