Uno que otro curioso pregunta sobre la consistencia y eficiencia de la fumigación que se hace en los retenes o puestos de entrada y otros lugares de la provincia San José de Ocoa, así también el lavado de fachadas, calles y/o puntos de aglomeración de personas. Quizás por desconocimiento de causa, las respuestas a favor o en contra son nulas o muy tímidas. Lo cierto es que la mayoría celebra la acción.
Las técnicas no son propias de nuestro patio, mucho menos de República Dominicana. Se ha llevado a cabo jornadas de fumigación y lavado en varios países y territorios del mundo, incluyendo Wuhan (la zona 0 de la pandemia) y otras puntos claves de China. En algunos casos se ha usado drones para fumigar desde el aire y, de paso, tecnología para ir trazando las «coordenadas epidemiológicas». En otros, desde camiones especializados.
En Tegucigalpa, Honduras se está utilizando drones que fumigan plazas, calles y banquetas con una solución de agua y cloro. China lo hace desde el aire y por tierra (drones, camiones y hombres a mochila). En zonas de Perú, Ecuador, España, Irán, Italia, México, Colombia, Uruguay, Argentina y Bolivia también están desinfectando espacios públicos.
Antes de cerrar fronteras, aviones y cruceros eran sometidos a fumigación tipo nebulización. Aun se hace en las rutas que permanecen abiertas.
Ocoa en Red indagó sobre el particular a la alcaldía del municipio San José de Ocoa, la Defensa Civil, el Cuerpo de Bomberos y la Dirección Provincial de Salud Pública. Parte de la fumigación se está haciendo con Virkon S, de la marca alemana Lanxess, valga la publicidad, un desinfectante de amplio espectro. En otras formulaciones se utiliza el cloro. Para el lavado de espacios públicos se hace una mezcla de agua, cloro y detergente en polvo. 2 galones de cloro y 4 libras de detergente por cada 1,000 galones de agua.
Virkon-S es un desinfectante para la industria animal (ganadera, avícola, doméstica, otros) y sus instalaciones. Está mas pensado para uso institucional y, según el fabricante, la eficacia contra el coronavirus humano no está comprobada o asegurada. Solo es efectivo en otros coronavirus que infectan animales. Virkon Rely+On es el que mejor puede servir para el SARS-COV-2. Se está usando en China y Europa. No logramos verlo en la lista de la U.S. Environmental Protection Agency (EPA). La composicion de Virkon S y Virkon Rely+on es mas o menos similar.
La fórmula para el lavado parece ser la correcta y se ajusta a la utilizada para potabilizar cisternas (30 tazas/1.8 galones de cloro por cada 1,000 galones de agua). El detergente es de tipo alcalino, ideal para esa mezcla, potencia la efectividad y la dilución es adecuada. En otros territorios y países también se utiliza el hipoclorito de sodio como desinfectante.
Algunos científicos advierten que no hay evidencia sólida de que ese tipo de estrategia ayude a prevenir nuevos casos de infección. Y que la desinfección debería enfocarse más bien en lugares cerrados, como hospitales, salas de emergencia, mercados, bancos o farmacias, donde es más probable que ocurran los contagios.
“La limpieza de espacios públicos, solamente aventar sustancias químicas a la calle, a los parques, no se ha probado que tenga ningún efecto para disminuir el contagio, para hacer menos grave la enfermedad, para evitar contraer el virus,” dice Thalía García Téllez, inmunóloga especializada en enfermedades infecciosas que trabaja como asesora independiente en París, Francia.
Mal planeada, agrega, esta estrategia también puede causar daños innecesarios para la gente. Las sustancias que se utilizan para desinfectar comúnmente son tóxicas y deben emplearse en concentraciones bajas. En el caso del hipoclorito de sodio, sugiere la Organización Mundial de la Salud (OMS), es suficiente usar una solución de 0.1-0.5% contra el SARS-CoV-2. Pero si está muy por debajo de la concentración recomendada, “es absolutamente inútil”, dice García Tellez. Hay que tener cuidado con ciertas mezclas, especialmente cloro y detergentes ácidos porque producen gases tóxicos que causan daño a nivel de ojos, garganta y piel.
“Yo sí creo que es necesario”, opina Wendy Murillo, viróloga de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. “Cualquier medida que nos ayude a contrarrestar este virus tiene que ser bienvenida y tenemos que utilizarla”.
Los hallazgos de un estudio del New England Journal of Medicine indican que, con cada hora que pasa, los niveles del virus se reducen de forma dramática fuera del organismo. Hasta ahora, ningún experimento ha evaluado la resistencia en el asfalto, se cree que la alta carga viral es de pocas horas.
La desinfección masiva de lugares abiertos “todavía no tiene un sustento científico como tal,” afirma Sara Sosa Delgado, viróloga del Instituto Politécnico Nacional en Ciudad de México. “No hay estudios suficientes o contundentes para hacerlo”.
La fumigación de calles y avenidas en Quito, Ecuador también ha tomado por sorpresa a Daniel Simancas-Racines, médico epidemiólogo de la Universidad UTE. Ahora mismo, dice, las medidas más urgentes son distribuir mascarillas de manera masiva a la población, conseguir equipo de protección para el personal médico y dar apoyos económicos a las familias para que sobrevivan la cuarentena. No bañar la ciudad con desinfectante.
“Hay muchas estrategias más efectivas que gastar millones de dólares en la fumigación masiva,” dice Simancas-Racines. “Pero ahora ante la premura y la capacidad de este virus de infectar a mucha gente, se la ha adoptado.”
A García Téllez le preocupa que pueda generar una falsa sensación de seguridad en las personas. Su recomendación es sencilla: “Lávate las manos y mantente lejos de la gente. Eso es imprescindible. Eso es insustituible. Avienten o no avienten aerosoles al ambiente. Eso es lo que va a evitar la transmisión, independientemente de cuántas veces se hayan lavado los postes y las banquetas”.
Debemos ser realistas ante todo, ya que es muy poco probable que las gotas infectadas de alguien que tosió o estornudara en la calle sean pisadas y luego esas personas entren en contacto con la suela de su zapato y se lleven las manos a la nariz o la boca. Ese contagio es más probable cuando se tocan superficies verticales y otras. Igualmente, siempre es necesario saber que el virus está ahí y que no hay subestimarlo. Siempre será importante una cuidadosa higiene cuando uno llegue de la calle.
Fabrizio Pregliasco, virólogo de la Universidad Estatal de Milán, Italia explica que es «cierto, el virus puede sobrevivir unos días en el asfalto, pero con una carga viral insignificante. La suciedad, al crear una biopelícula, actúa como una barrera protectora contra virus y bacterias».
Las opiniones sobre la efectividad de estos métodos están divididas pero parece existir un consenso, se trata de una medida primaria. Debe formar parte del conocido kit de acciones (distanciamiento físico, higiene de las manos y las cosas, uso de protectores, establecimiento de cercos epidemiológicos e intervención sanitaria, cuarentenas y otras medidas gubernamentales). De manera que invertir grandes recursos o la mayoría en una sola cosa no es inteligente o aconsejable.
Las autoridades parece están claras en el tema y, por ello, aconsejan e implementan otras medidas. Desde luego, República Dominicana y muchos otros países andan por las ramas y la información oficial nacional y local parece confusa para los anotadores. Eso es harina de otro costal que analizaremos en el «momento oportuno».
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