Por: Asdrovel Tejeda
Por un asunto de comodidad siempre trato de viajar en líneas de reconocida capacidad en el transporte aéreo, trató siempre de volar en primera o en su defecto, en negocio, esto procura una serie de ventajas y comodidad muy superior al espacio económico.
Después que American, Delta, etc., eliminaron los vuelos directos, aunque con la Misma comodidad, los viajes se convierten con las escalas, en cuestiones de 8 y más horas, a veces, 12. Dado los apremios de mi último viaje a RD, en el cual tanto a la ida como al regreso, sume la friolera de 10 horas en cada vía.
Decidí, usar la alternativa del vuelo «económico» y popular, diría que muy popular, de la única aerolínea directa desde Boston, Jet Azul para empezar, no es tan económica y si usted paga extra por los asientos anchos y si incluye el pago de equipaje, se acerca mucho al pago de primera de otras aerolíneas, con la desventaja que debe volar de noche y llegar de madrugada, pero ya estoy en el aeropuerto Logan y aquí empieza mi odisea, oíste Homero?. Llego con dos horas y Medias de antelación, me dicen: – hay que estar temprano- lo que no me dijeron es que TODO el mundo está temprano y te encuentras con un molote de gente hablando a gritos, maletotas por todos los espacios, doñas con rolos, un señor bajando un Plato de mangú lo más quitado de bulla , unos trigueritos corriendo de abajo arriba, un tipo con una bachata encendía, saliendo de los audífonos, una muchachona vestida de mapa mandí , todo, pero todo se podía apreciar dejando muy poco a la imaginación .
Después de un tiempo interminable, pasamos inmigración y llegamos a la puerta C-36, en el ala más alejada del edificio, ahí se desataron las confidencias – yo soy esto, yo lo otro,- Muchacho no jodas tanto, ese Muchacho si fuñe; y tú, cuando vuelves? Yo estoy bebiendo hace dos Días; y etc, etc y más etc. Al final llaman, y aquí es que se espanta la burra, todos quieren ser los primeros, ahí llegó un señor con un megáfono y puso cierto orden. Yo que había pagado extra por un asiento más ancho, eso dicen, más ancho, jejejeje, me tocó la fila 4, la 4-A, en la ventana, pero resulta y viene a ser que la dichosa fila tiene tres asientos, aunque llamarlos asientos es una forma un tanto jocosa de referirse a ellos; tres silloncitos de niños.
En el momento del abordaje, todo el mundo quiere estar en el pasillo, se hablan gesticulando a gritos:- pero Morena y tú ta aquí? – La señora, alo, alo, ya me monté te llevo los supositorios que me pediste,- Oye, viste como Tony Peña boto ese juego – ; muchachona cuanto swing; – sabes lo último de odelbrech? – A mí me parece que el hombre ta en reelección.
En ese momento llegó una señora como de cuatrocientos libras, pellejo y grasa y se metió con dificultad en el asientico del medio, lleva media nalga en mi asiento y esta desparramada para ambos lados, yo estoy casi empañetado al fuselaje, casi afuera, si esto fuera una voladora iría enganchado, casi no puedo respirar, con el agravante que la muchacha de » muy buen ver» sentada en la fila delante de mí, parece que comió alguna habichuela descompuesta – Ave María!! Estoy en el campo de batalla de una guerra química, Jesús santísimo!! Ahora comienza uno a cantar:- no hay tierra tan hermosa, otro hace coro, dominicano soy…… un muchachito empieza a gritar, parece que los pulmones tienen batería nueva, están muy bien y la señora, – pero Morena, esa lipo como que no te funcionó (reaparece la señora de los rolos ya peinada tratando de bajar una maleta en pleno vuelo y, durante todo el trayecto, un pasadero, un visitar los asientos vecinos, un ir al baño. El pobre asistente de vuelo se pasaba en el sistema dé altavoz: – por favor los letreros están encendidos, vuelvan a sus asientos, pónganse el cinturón, nadie parece oírlo. Bueno después de casi cuatro horas, finalmente aterrizamos, yo magullado, aployado y ajado, de repente oigo una lluvia de aplausos, llegamos!!!!!! Ahora, la próxima etapa, inmigración y recogederos de maleta, pero antes, todos los que estaban en la parte de atrás del avión, pretenden ser los primeros en salir, los que usaron sillas de rueda para ingresar primero en el avión, ahora y como por arte de magia, caminan derechito y en la recogedora de maleta hay que tener cuidado que no te tumben y como siempre, hay uno o una dando opiniones de todo y de sus vidas pasadas.
Al final, ya casi en la recta de la salida, un maletero en búsqueda de lo del o un inspector haciéndose el gracioso, también tumbando brazo. Ah los dominicanos que somos «célebres» A partir de ahora, nadie, pero nadie, me hace volar en otra aerolínea que no sea Jet Azul. Esa es una auténtica voladora, una verdadera línea dominicana!!!!!!!!
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