II de varios
Por: José Henriquez
Cristóbal Colón, Almirante, Virrey y Gobernador del Nuevo Mundo, legitimado por las Capitulaciones de Santa Fe, estableció sus dominios en La Hispaniola, la «Isla primada de América», representando el poder de los Reyes Católicos desde el 12 de Octubre del 1492. Colón encontró en La Isla Hispaniola una de las riquezas más importantes que buscaba con su expedición: el oro.
Así se inicio una época caracterizada por unas relaciones de producción, basadas en la extracción de oro por mano de obra indígena esclava… Se inició la época del saqueo del oro de la Isla Hispaniola, legitimado por la Monarquía española, con carácter de estado; un cohecho (corrupción) basado en el robo del oro y otras riquezas de La Hispaniola y las demás tierras conquistadas.
El primer aliado y estafado por Cristóbal Colón fue Guacanagarix, cacique taino que se puso al servicio de los conquistadores desde el inicio de la conquista, incluso, en contra de otros caciques: Caonabo entre otros. El cacique Guacanagarix recibió objetos (atuendos, espejos, etc.) de los conquistadores a cambio de oro y de su lealtad incondicional.
Este servilismo, la pleitesía o el favoritismo hacia los conquistadores han sido catalogados y definido (por psiquiatras dominicanos. Ver A. Zaglul) como el Complejo de Guacanagarix, pero fue Víctor F. Rodríguez, en el 1990, quien dio a conocer el término (reiterado por el destacado columnista del Periódico Hoy P. R. Thompson): Es un término social aplicado en la República Dominicana, a las decisiones que se toman en el ámbito gubernamental, social o político y que dan preferencia o favorecen a extranjeros más que a los dominicanos… Esto hizo el gobernante taino (cacique del Marién) Guacanagarix, «quiso agradar a Colón dándole oro a cambio de espejos, ya que no conocía estos objetos y nunca había visto su propia cara».
Más adelante, Colón y los Reyes Católicos legitimaron el saqueo del oro, de las especias, de animales, de la venta de esclavos indígenas, etc., con una Bula papal y otros tratados… El Papa Alejandro VI, quien era español, delegó «Los monarcas españoles, mediante Bula inter caetera la misión de extender las ideas cristianas por las tierras que habían sido descubiertas a cambio de lo cual se les otorgaba la posesión de ellas». (Roberto Cassá: Hist. Soc. y Econ…). Esta Bula del Papa legitimó el reparto (el latrocinio) del nuevo mundo entre España y Portugal, con todas las características de un cohecho, refrendado por el Imperio de la fe Católica en esa época.
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