Por :Iván Manuel Pimentel Santana
Ante el reclamo de los munícipes preocupados por esta situación de emergencia nacional a causa del Corona Virus, el pueblo pedía al unísono a las autoridades que estaban sumidas en la inercia que implementarán medidas de prevención, como supervisar las principales vías de acceso al municipio para mantener cierto control y prevenir entrada de posibles infectados.
Las redes sociales sirvieron de emisor para que las autoridades tomaran medidas restrictivas apegadas a la norma legal y respetando los derechos fundamentales consagrados en nuestra carta fundamental (La Constitución).
Después de unos días de reclamos las autoridades hicieron lo propio, implementaron medidas restrictivas de prevención, desinfección e higienización, practicado en las principales entradas del municipio.
Aplaudimos las medidas adoptadas por el gobierno local, concretizando sus atribuciones en caso de emergencias.
En estos nuevos tiempos de constitucionalismo democrático existen algunas garantías institucionales reconocidas, como es la autonomía municipal que constituye en esencia una garantía institucional, esto es, un instituto constitucionalmente protegido, que por su propia naturaleza el legislador no pueda desconocerla, vaciarla de contenido o suprimirla, o sea la protege de cualquier exceso de una función legislativa, y persigue asegurar sus rasgos básicos y de identidad.
La autonomía municipal supone capacidad de auto desenvolvimiento en lo administrativo, político y económico de las municipalidades, sean estas provinciales o distritales.
En este contexto, el jurista, catedrático español Francisco Sosa Wagner nos dice que respetar el contenido esencial de la institución constitucionalmente garantizada quiere decir no sujetarla o condicionar la capacidad de auto desenvolvimiento de los gobiernos
locales.
Finalmente, no hagamos de esta situación escenario para protagonismo políticos, ganar connotación mediática que solo conllevan a la insensatez, falta de sentido común y bajeza política, aprovechando para pescar en río revuelto, denotando maquiavelismo.
El autor es abogado.
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